Construida en el siglo XIII por Nicéforo I Comneno Duque y su esposa Anna Paleologina Katakouzena.
Es la «señora» de la moderna Arta, la joya de la antes orgullosa capital del Despotado del Epiro.
Domina la populosa ladera oeste de la colina Peranthis, demostrando con su imponente presencia la grandiosidad de la Arta bizantina.
De el gran monasterio patriarcal solo se conservan hoy en día el templo, el Refectorio y 16 celdas.
La iglesia destaca por sus innovaciones arquitectónicas externas e internas, siendo única en la arquitectura eclesiástica por la forma de sostener la bóveda central, en la que además se conserva un mosaico del Pantocrátor.
Se trata de un ejemplo único de arquitectura eclesiástica bizantina en todo el mundo cristiano ortodoxo.
Los grandes desperfectos hacen que el templo haya perdido buena parte de su esplendor interior, pero sigue conservando un imponente grandeza.