Es uno de los puentes más famosos del Epiro. Está compuesto de cuatro grandes arcos de medio punto sostenidos por grandes pilares, por encima de los cuales se abrían arcos perforados. El ancho es de 3,75 m y la longitud alcanza los 145 m.
Por tradición se sabe que el puente fue construido a principios del siglo XVII, financiado por el ciudadano de Arta Yannis Thiakoyannis.
El viajero turco Evliya Çelebi cuenta que el puente lo construyó el pachá Faik durante el siglo XV.
Las variaciones que presenta la sillería sugieren que el puente no se construyó ex novo en el siglo XVII, sino que se reconstruyó varias veces a lo largo del periodo otomano.
Por otro lado, las basas del puente datan probablemente de época clásica o helenística.
La impetuosidad del río, lo blando del terreno y los requisitos específicos de la construcción debieron dificultar mucho las fundaciones del puentes y las reparaciones consiguientes.
Estas dificultades, junto con el miedo popular a los elementos de la naturaleza dieron lugar a la conocida leyenda griega de la mujer del jefe de obras que tuvo que sacrificarse para que quedaran firmes las fundaciones.